Dulce es el caos que me bebo de tu boca

Dulce es el caos que me bebo de tu boca,
cuando las palabras son la cercanía
de los besos que van a parar al tiempo

que tardo en recorrer la distancia que
separa las dos cartas de una baraja
medio rota.

Anoche te eché de menos, fui a ver
como las olas se morían de amor
en una playa desértica.

Vi como las dunas de la arena
formaban castillos de colores
en el aire.

Vi como los gatos aullaban sin control
y los bichos de las flores se hacían
grillos cantarines para el tango

de tus manos cuando recorren
todos mis miedos.

Anoche la luna se fumaba las nubes,
pedía cerveza para Lorenzo
que sufría mal de amores.

Se me hizo de día, queriéndome
jugar la vida a tres besos y
cuando iba por el segundo

ya me habías resucitado tres veces.

A la mañana siguiente, de guardarme
todo lo que siento entre dientes
rompí con el pasado y con sus

destrozos anclé un verso en
la luna de tus ojos.

Porque vivo sin vivir en ti
paseando por las cornisas
como una gata en celo.

Acurrucándome en los rincones
como perra sin su dueño.

Y por ahí se iba mi soledad
muy bien acompañada detrás de ti.

Persiguiéndote para que la alimentes
con uno más de tus piropos,
de tus ganas por arrancármelo todo

de tus cicatrices a punto de hacer cayo
en la más oscura capa de un corazón
sofocado por el calor de tus labios.

Ella, musa de los poetas, la que
encaja todas las tuercas de los
que pierden la cabeza por amor.

Que cuando vienes a follarme la inspiración
me vuelvo dócil, una guerrera sin armas
con las manos levantadas pidiendo tregua

a nuestras almas confundidas cuando
se declaran la guerra.

Y el olvido dulce mujer caótica
se viste de recuerdos,

mi olvido es la comisura de unas
bragas rajadas una noche de frío
invierno.

Que yo me partí la ropa interior
porque no llevaba camisa al escuchar
el rock aleatorio de tu cuerpo.

Ahora, me dueles donde te me antojas
justo detrás del ventrículo derecho
muy por debajo del pulmón

que entrecorta mi aire cuando te siento.
saber a que sabes, dulce sabor en un paladar
ácido de tanto vómito verbal.

Que comprobar lo que deseo se haga realidad,
y sepa amar como un ser imperfecto,
y sepa jugar como niña con juguete nuevo.

Y deje de doler y dejes de dolerme,
que vengas aquí literalmente a joderme.

Por delante, por detrás en todos los
sentidos sin sentidos.

Beber un buen trago de los dos hoyuelos
que se te forman al final de la espalda.

Levantarle la falda a la luna
y que pasen tantos trenes como
nos plascan.

Yo te regalaría todos los versos
que no construyo para que fabriques
el lugar perfecto donde perdernos.

Que el destino de un poeta es morir
para que su poesía viva.

Pues ven y mátame el tiempo
que ya es hora de arriesgar
más de lo que perdemos.

A mi ya no me queda limpieza
entre tanto poema sucio,
me persiguen malos pensamientos

por cada frontera que cruzo.

Me dejo morir en uno más de
mis escritos, por ti, por mi
y por todos mis compañeros.

Para que así pueda decir cosas
como quien no quiere la cosa
en este intento absurdo por

salir de aquí.

Por ser demasiado noche
por ansiar tantísima libertad

porque me quitas el aliento
y luego me lo das en esta
lucha constante por querer respirar.

By: Rebeka.

Más yo

Cuando todo se desmorona y toco fondo me bebo otro vaso medio vacío.
Me vuelvo adicta a los errores, aprendiz de las cagadas que a contra reloj se hacen llaga.
Cuando no se que decir hablo con miradas, tengo expresiones tatuadas en mi cara que me hacen muda, que hacen que se me atraganten las palabras.
Al escribir soy mas yo, más tú, un poco todos.
No me salgo con la mía ni pretendo salirme, al salir del cascarón ya me di cuenta que el impacto de mi cabeza contra la realidad es una gran hostia.
Cuando sonrio soy niña de nuevo,cuando lloro también, cuando canto y bailo la libertad se hace vestido.
Mis zapatos son la plataforma perfecta para alcanzar la luna.
Y mis huellas sólo quieren ser rastro de tu cuerpo, el crimen perfecto por el que una noche nos arriesgamos a encarcerlanos a la libertad juntos.
Se me caducan los poemas en la despensa del que quiere ser verso y no puede, del que quiere ser poema y no poeta.
El arte es mi desastre más perfecto.
La metrica aquí se mide en sentimiento, en mini corazones en forma de letra.
Odio ser la parte de lo que quisiera ser entera.
A mi las musas me desnudan la primavera y poetas como Bécquer, Neruda, Panero y Machado hacen que tiemblen mis piernas.
La música amansa a mis fieras, y el orden de tu cabeza es el puzzle sin resolver de mis ideas.
Tengo tanto que decir que las palabras se quedan cortas, que con una mirada la boca habla aunque los labios no se muevan.
Me sangran los dedos al contacto con un teclado viejo, porque van más rápido de lo que siento y pienso.
Y desnudar mi corazón para mi es esto, porque nunca supe ser ni estar, porque al parecer cuando soy no estoy ya que a mi cabeza siempre le ha gustado mucho irse.
Al escribir sale la ficción que más se asemeja a mi reladidad.
Sale la bestia a flote, el vencedor vencido. Sale la niña sensible, traviesa, dulce y bisceral que llevo anclada a mi piel.
Salgo yo más yo que nunca, asomando mi patita por debajo de la puerta.
Con el vestido de flores que tanto odiaba de pequeña, con margaritas de color púrpura recordándome que aún creo en la magia y que mi unico truco se esconde entre el espacio de cada poema escrito y el borrón de una lágrima. En la mezcla aleatoria de la música en mi cabeza cuando las musas me bailan el agua.

By: Rebeka.