En mi blog expreso,una parte de mi misma poco conocida o valorada. Una especie de terapia, escribo un poco de las cosas que a veces mas difícil resulta decir a la cara. Hay sentimientos que no son fáciles de mostrar pero si de expresar, con este blog me represento un poco mas a mi misma, a mi parte mas oscura y menos vulgar.

miércoles, 2 de abril de 2014

Un cielo en el infierno

Es imposible dejar de escribirle a mi pena
la tristeza que emana de las arterias que se ahogan.
Me duelen los sesos y tengo el miedo metido en el cuerpo.

Hoy es de esos días grises en los que se detienen las horas
por el tic tac que tu corazón te marca, el reloj que todo aliento sumerge.

Mi tinta se desangra ante mi, me pide auxilio, entre sollozos y jadeos de asfixia.
Yo hace tiempo que dejé de sentir, que noto como con el paso de los años
mis latidos se van agotando.

Tengo una extraña coraza, una armadura o un alma dura que no me deja ver
lo que me rodea, y no se como romperla,
a veces pienso que maté mis sentimientos, esa empatía que se siente por el resto.

Pero sigo, avanzando sin pensar demasiado, pues cada vez que lo he hecho mi cuerpo
me ha hablado protestando por todo lo que retengo y callo, haciéndome daño y provocándome
vómitos verbales y bilis en cada párrafo que lanzo.

Ahora soy una pequeña sociopata que odia al ser humano incluso a si misma,
y en días nublados como el de hoy me inyecto medio gramo de narcisismo y así
combatir el odio que siento por esta niña tan ausente, tan cercana a la vida y tan intrigante por la muerte.

Esto no es un texto para gustar, que va, sólo soy yo maltratando al papel, amoratándolo con
neuronas y neuras.

Hasta la luna me odia, se avergüenza de mirarme, ya ni me muestra su cara buena,
se fuma los cigarros a escondidas y me echa el humo en el coño para que de una
vez por todas deje de agarrarme al placer como una vía de escape hacia el sin sentido.

Porque al parecer, de todo lo que he perdido ahora, lo único que me hace sentirme viva es  morir
entre unas piernas que me suicidan, un sudor frívolo, y una boca sedienta de la sed que provoca mi entre pierna.

A mis ángeles hace tanto tiempo que le salieron ases bajo sus mangas que ya no distingo a malos y a buenos
mis fieras duermen a mi lado, y me lamen cuando no les hago caso.

El infierno no se diferencia tanto del cielo que observa esta niña oscura desde su pequeño agujerito de los sueños arañados por estrellas.

El infierno huele a cera, a papeles chamuscados y a poemas en vereda.

By:Rebeka

No hay comentarios:

Publicar un comentario